La vida de un estudiante suele retratarse como alegre, exitosa y encantadora. En pocas palabras, genial. La vida escolar se considera la mejor época de tu vida.

Lo es y no lo es. No hay duda de que es maravilloso.

Pero también es el momento en que los niños se ven expuestos a diversas exigencias e influencias, a veces demasiadas, que tiran de ellos en distintas direcciones. Su inmadurez, inexperiencia y, en algunos casos, falta de apoyo pueden dificultarles las cosas.

Todas estas experiencias pueden conducir al desarrollo de una mentalidad poco deseable.

Considera este escenario. La clase tenía un examen sorpresa. Y tú no estabas preparado. Naturalmente, suspendiste.

¿Qué opina de esto? ¿Le parece un desastre? ¿O se lo toma como una señal para trabajar más y estar siempre preparado?

Tus respuestas a este tipo de situaciones indican si tienes una mentalidad de crecimiento o una mentalidad fija.

Con ejemplos de mentalidad de crecimiento, este artículo te guiará para cambiar a una mentalidad de crecimiento y mejorar tus posibilidades de éxito.

¿Qué es una mentalidad de crecimiento?

Para entender bien la definición de mentalidad de crecimiento, hay que saber qué es una mentalidad fija.

Alguien con una mentalidad fija cree que su comportamiento, intelecto, creatividad y potencial para el éxito son innatos o algo con lo que se nace y que no se puede cambiar. Se consideran exitosos sólo cuando su rendimiento está por encima de la media o sólo si son los mejores de la clase. Consideran que ésta es la vara de medir el éxito.

Los estudiantes con mentalidad fija siempre persiguen el éxito y evitan el fracaso a toda costa. Creen que, de lo contrario, la gente los verá como poco inteligentes y fracasados, como buenos para nada.

Una mentalidad de crecimiento es exactamente lo contrario. Un niño con una mentalidad de crecimiento cree que tiene voz y voto en sus éxitos y fracasos. Tienen una actitud positiva y emprendedora. Les resulta fácil asumir los fracasos y recuperarse con facilidad. Consideran los fracasos como experiencias de aprendizaje y una oportunidad para desarrollar sus capacidades.

Los profesores y las escuelas pueden hacer mucho para crear entornos en los que los alumnos desarrollen una mentalidad de crecimiento.

Ejemplos de mentalidad de crecimiento para cambiar de actitud

"No pasa nada por fracasar. Al menos he aprendido algo".

Se aprende más de los fracasos que de los éxitos. Evitar los fracasos significa limitar las posibilidades de aprender. Tener una mentalidad de crecimiento significa saber afrontar bien los fracasos y sacar cosas positivas de ellos.

"No soy reacio a las críticas".

La mayoría de las personas, especialmente los estudiantes, son hipersensibles a las críticas. La capacidad de identificar las críticas constructivas forma parte de una mentalidad de crecimiento. Analizar los comentarios para encontrar en ellos aspectos positivos puede ayudarte en tu crecimiento y éxito.

"Aún tienes tiempo de aprender".

El aprendizaje es un proceso continuo a lo largo de la vida de una persona. Esto es especialmente cierto para un estudiante. Si fracasas en algo, no significa que nunca puedas tener éxito en ello en el futuro. Puedes aprender, mejorar y encontrar el éxito.

"Inspírate en los éxitos de los demás".

Tanto si se trata de grandes personalidades de la historia como de tus padres, profesores o incluso otro estudiante, siempre hay mucho que aprender de los demás. En lugar de ver los éxitos de los demás como una amenaza, inspírate en ellos y sigue su ejemplo.

"¿Cómo puedo hacer que esto funcione mejor?".

A la hora de hacer las cosas, a menudo hay que tomar decisiones. Tomaste una entre las muchas que tenías a tu disposición y resultó equivocada. Siempre puedes volver atrás y tomar otra. Tu capacidad para analizar lo que salió mal y volver sobre tus pasos para tomar una decisión mejor forma parte de la mentalidad de crecimiento.

"Con mi mentalidad de "sí se puede", puedo conseguir cualquier cosa".

Lo único que separa el éxito del fracaso es la determinación o la actitud de "ir a por todas". Te ayuda a perseverar en la consecución de tus objetivos a pesar de los contratiempos. Te ayuda a mantener la concentración a pesar de las distracciones. Con una mentalidad de crecimiento, rendirse no es una opción. Cuando te enfrentes a obstáculos, siempre encontrarás la manera de sortearlos. Donde hay voluntad, hay un camino.

"No me definen mis fracasos".

Todo el mundo se ha enfrentado a fracasos en algún momento de su vida. Incluso las personas con más éxito del mundo. Simplemente se negaron a quedarse abajo, consiguieron levantarse, elaboraron estrategias alternativas y trabajaron más duro para alcanzar el éxito. Tú puedes hacer lo mismo. Nada te impide seguir el mismo plan de acción. Al fin y al cabo, se dice que los fracasos son los peldaños hacia el éxito.

"Siempre hay posibilidades de mejorar".

Cuando algo resulta ser menos que perfecto, no es el fin del mundo. Con una mentalidad de crecimiento, puedes aprender, mejorar y esforzarte por conseguir un resultado mejor. El mundo está lleno de historias de personas que se levantaron de sus fracasos para alcanzar éxitos inimaginables.

"Me queda mucho por conseguir".

Con una mentalidad de crecimiento, sólo hay un camino a seguir: hacia adelante. Incluso las personas con más éxito empezaron al principio igual que tú. El trabajo duro y la perseverancia les llevaron donde están ahora. No hay nada de lo que avergonzarse analizando dónde estás ahora o tu inexperiencia. Siempre puedes aprender y mejorar.

"Si quiero conseguir algo, tengo que salir de mi zona de confort".

Intentar algo nuevo siempre significa exponerse a situaciones y sentimientos desconocidos. Es intimidante y siempre existe la posibilidad de fracasar. Puedes encontrarte con bloqueos y obstáculos. Aprendes e improvisas para salir adelante. Así es como creces como persona.

A menos que intentes cosas nuevas, no hay progreso real en la vida. Puedes quedarte cómodo donde estés sin crecer ni progresar.

"Cada reto es una oportunidad para aprender algo".

Puedes percibir los retos como molestias o impedimentos y evitarlos. O bien, verlos como oportunidades de aprender algo nuevo para superarlos. Por ejemplo, a la hora de elegir asignaturas optativas, decántate por cursos con los que no estés familiarizado. Puede que sea la única oportunidad que tengas de aprenderlos. Que tu fuerte sea la programación informática no significa que debas evitar la contabilidad como asignatura optativa.Aventúrate a salir de tu zona de confort. Te sorprenderá ver el talento que tienes para otras cosas.

"No busco la aprobación de los demás".

Cuando tienes una mentalidad de crecimiento, haces las cosas para satisfacerte a ti mismo y no a los demás. Cuando tu objetivo es obtener la aprobación de los demás, estás limitando tus opciones de crecimiento y potencial. Priorizar tus necesidades y tu bienestar no significa que estés siendo egoísta.

Aquí tienes más ejemplos de mentalidad de crecimiento.

  • "Puedo ver el panorama completo".
  • "Estoy dispuesto a esperar mi turno".
  • "Me alegra hacer un esfuerzo adicional para aprender algo nuevo".
  • "Creo en mí mismo".
  • "Intentaré otra estrategia".
  • "Puedo aprender a hacer cualquier cosa".
  • "Disfruto tanto del trabajo como del resultado".

La actitud más importante para un estudiante es reconocer que nada está grabado en piedra. Siempre puedes aprender, cambiar y adaptarte a nuevas situaciones. Un fracaso no significa que vayas a fracasar siempre. Un éxito tampoco significa que vayas a triunfar siempre. Siempre hay oportunidades para mejorar.

Una mentalidad de crecimiento significa la capacidad de aceptar los éxitos y los fracasos y tomarlos con calma. Y esto se aprende mejor en los años de formación como estudiante.

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