- 1. Apreciar todo, lo grande y lo pequeño
- 2. Ver los retos como oportunidades
- 3. Practicar la meditación de agradecimiento
- 4. Llevar un diario de gratitud
- 5. Echar una mano
- 6. Dilo en voz alta
- 7. Reserva tiempo para las personas que te importan
- 8. Alégrate para sentir más gratitud
En la alocada carrera de la vida acelerada de hoy en día, a menudo utilizamos nuestro sentido de la carencia para ayudarnos a alcanzar mayores alturas. En esta melé, tendemos a olvidarnos de tomarnos un respiro para mirar a nuestro alrededor y apreciar lo que ya tenemos.
La vida puede considerarse gratificante y exitosa, en resumen, bien vivida, sólo cuando hay gratitud presente en ella.
Este artículo ofrece formas de practicar la gratitud y el agradecimiento en tu vida.
1. Apreciar todo, lo grande y lo pequeño
No hace falta que reserves el sentimiento de agradecimiento para los asuntos más importantes de la vida. No seas exigente. Aprecia cada pequeño acontecimiento que te aporte alegría y positividad.
Como éste no es el modo por defecto, hay que cultivar deliberadamente este hábito de sentirse agradecido por los buenos acontecimientos cotidianos. Nada es demasiado pequeño o intrascendente como para expresar gratitud por ello.
Ya sea porque el tiempo te ha ayudado a hacer la compra, porque el repartidor ha llegado a tiempo o porque el nuevo plato que has probado te ha salido estupendo, no dudes en sentir gratitud cada día.
Incluyan y abracen el sentimiento de gratitud en sus vidas por todas las cosas grandes y pequeñas.
2. Ver los retos como oportunidades
El agradecimiento no tiene por qué reservarse exclusivamente para los acontecimientos positivos o para cuando la vida transcurre sin sobresaltos. Cuando las cosas se pongan difíciles y te encuentres con retos, no te desanimes, no los veas como contratiempos u obstáculos que están ahí para robarte la paz y la felicidad.
Cada reto es una oportunidad para aprender algo. De hecho, superar los retos da más satisfacción y plenitud en la vida que cuando las cosas son perfectas y la vida se desarrolla como se espera.
Los retos pueden sacar a relucir tus reservas ocultas de paciencia, versatilidad y capacidad para captar y aprender cosas nuevas. Pueden ayudarte a revelar tus talentos, habilidades y aptitudes que hasta ahora permanecían invisibles.
Analiza tus experiencias vitales en busca de aquellos retos que te ayudaron a convertirte en la persona que eres hoy y siéntete agradecido por las oportunidades.
3. Practicar la meditación de agradecimiento
En lugar de intentar vaciar la mente y mantenerla quieta en un ejercicio de meditación habitual, la meditación de gratitud consiste en centrarse en los acontecimientos del día por los que te sientes agradecido. Una especie de ejercicio de práctica de la atención plena, puede ayudarte a incluir el sentimiento de gratitud en tu vida.
Puedes empezar dedicándole 5 ó 10 minutos al día. Piensa en 2 ó 3 sucesos que te hayan ocurrido. Céntrate en uno de ellos y repítelo mentalmente. Cuando el sentimiento de gratitud invada tu corazón, siéntate en él durante un rato. Permítete revivir el estado de felicidad y satisfacción durante todo el tiempo que quieras.
La meditación de la gratitud puede cambiar tu mentalidad y reconfigurar tu cerebro para que perciba los acontecimientos desde una perspectiva diferente. En lugar de dar las cosas por sentadas, te sentirás agradecido de forma natural. Y con este cambio de percepción, tu vida se enriquecerá con más felicidad, compasión y empatía.
Una vez que aprenda a ser agradecido y lo convierta en un hábito, se sentirá agradecido sin necesidad de estímulos ni de pensar deliberadamente en ello.
4. Llevar un diario de gratitud
Yendo un paso más allá de la meditación de gratitud, un diario de gratitud implica mantener un registro de todas las cosas de tu vida por las que estás agradecido. Puedes hacer ambos ejercicios simultáneamente. Justo después de terminar tu sesión de meditación, puedes escribirlas en un diario dedicado a la gratitud.
Los beneficios de un diario de gratitud son numerosos. En primer lugar, escribir algo te ayuda a centrarte mejor en el tema y le aporta más claridad y significado. El acto de escribir en sí es un paso hacia la positividad. Cuando te dedicas a anotar los acontecimientos, tu atención está totalmente ocupada por ello y mantendrá alejados los pensamientos negativos no deseados. Si puedes representar la escena mientrasdiario, tanto mejor.
Otra gran ventaja de llevar un diario de agradecimientos es que te ayuda a refrescar la memoria sobre esos acontecimientos. Por ejemplo, cuando no te sientes bien, o tienes un ataque de ira o depresión, te resultaría difícil tener pensamientos positivos, y mucho menos buenos, sobre acontecimientos de tu pasado.
Cuando te sientes deprimido o fuera de control, es natural que pienses que nunca te llegará nada bueno. En ese momento, te resultará difícil obligarte a pensar de otro modo. El sentimiento negativo será demasiado fuerte e intenso para que puedas superarlo.
Después, sólo tienes que leer algunas de las entradas del diario de gratitud. Te ayudará a recordar todos los momentos felices y positivos que viviste en el pasado. La vida era buena antes. Por tanto, lo será en el futuro. La marea cambiará. El presente es sólo una fase temporal.
5. Echar una mano
Una de las actividades que más felicidad te dará es ayudar a los demás sin esperar nada a cambio. El voluntariado es uno de los actos más desinteresados de todos.
Devolver a la comunidad puede hacer que te des cuenta de la abundancia de cosas positivas que hay en tu vida. Cuando te des cuenta, te sentirás agradecido por las cosas buenas que siempre has dado por sentadas.
El voluntariado es una acción en la que todos salen ganando. El destinatario de tu gesto benévolo es el beneficiario obvio. Además, tú también te beneficias del acto de ser voluntario. Aumenta tu sensación de bienestar y te ayuda a ver tu propia vida desde un ángulo diferente. Esto te ayudará a sentirte agradecido por tener una buena vida.
6. Dilo en voz alta
Cuando te sientas agradecido a alguien, no lo ocultes ni lo dejes pasar. Expresa abiertamente tus pensamientos y sentimientos. Esto puede hacer feliz a la otra persona y, a su vez, hacerte más feliz a ti.
Siempre que otra u otras personas participen en un episodio feliz de tu vida, hazles saber lo que sientes por ellas. Tu sentimiento de gratitud por tener a personas tan útiles en tu vida puede levantarles el ánimo al instante. No todos los días te dan las gracias por algo que has hecho de forma natural y sin expectativas.
Al ver cómo se les ilumina la cara cuando les haces saber lo agradecido que estás, tú también te sentirás feliz. De nuevo, es una situación en la que todos salen ganando. Tanto el beneficiario como el benefactor se benefician de este sencillo gesto.
Puedes expresar tu gratitud en persona, que es, por supuesto, la mejor opción. Si no es posible, puedes escribir una carta o hablar con la persona por teléfono.
7. Reserva tiempo para las personas que te importan
Todo el mundo está ocupado en su propio mundo y lleva una vida automatizada. ¿Qué gracia tiene llevar una vida así cuando no tienes tiempo ni ganas de apreciar a los demás? Tienes que hacer saber a las personas que te importan y a las que te importan lo mucho que quieres y aprecias formar parte de sus vidas.
Puedes demostrar tu agradecimiento pasando más tiempo con tus seres queridos. Te ayudará a acercarte más a ellos, a comprenderlos mejor y a fortalecer vuestra relación.
Si no estás acostumbrado a tener vínculos estrechos con la gente o incluso te sientes incómodo por ello, puedes empezar poco a poco con la persona con la que te sientas más cómodo. A medida que el vínculo mejore, puedes ir añadiendo más personas a tu círculo íntimo.
8. Alégrate para sentir más gratitud
La gratitud y la felicidad van de la mano. Una puede influir en la otra. Más gratitud se traduce en más felicidad, más felicidad significa que te sentirás más agradecido.
Busca formas de sentirte más feliz. Por ejemplo, haciendo cosas que te gustan, haciendo ejercicio, escuchando música, leyendo un buen libro, viendo tu serie favorita, quedando con amigos, aprendiendo algo nuevo, ... la lista es interminable.
Reflexiones finales
Incluso cuando te centres en recuerdos positivos y felices, no ignores ni olvides los días malos y las dificultades a las que te enfrentaste en el pasado. Si valoras lo lejos que has llegado en la vida, podrás sentirte agradecido y contento.
Si te cuesta encontrar cosas por las que estar agradecido, puedes empezar por dar las gracias cada día por estar vivo. Puedes sentir gratitud por tu salud, tu riqueza o simplemente por ser tú mismo. Haz una lista de todas las cosas por las que estás agradecido. Te sorprendería que cada vez fuera más larga y nunca se acabara.
Lecturas recomendadas:
- Cómo vivir una vida sencilla y ser feliz
- La diferencia entre agradecido y agradecido